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Solo por ser indios


En la última Feria Internacional del Libro en Santiago, tuve la oportunidad de participar en el lanzamiento oficial del libro “Sólo por ser indios” del periodista Pedro Cayuqueo. Sin compartir todo lo planteado por Cayuqueo en sus columnas —que forman parte del libro—, debo reconocer que tiene el gran mérito de mostrar en forma coherente y con visión de futuro las actuales demandas del pueblo mapuche.

No pretendo interpretar la opinión del autor, pero sí creo importante comentar lo que al menos a mí me produjo mayor sentido y que dice relación con la visión de futuro del pueblo mapuche. ¿Cuál es esta visión de futuro?

En primer lugar, un pueblo mapuche sin integrismos. Es decir, un pueblo mapuche que no se aferra a una fórmula única de ser mapuche y que, por tanto, desprecie la diversidad que debe existir en todo pueblo o nación. El autor pone como ejemplo la canonización del primer santo católico mapuche, Ceferino Namuncura, que levantó críticas por parte de algunos dirigentes mapuche por no ser representativo de la cosmovisión de dicho pueblo.

Ante esta queja, Cayuqueo se pregunta: ¿Qué pueblo mapuche soñamos? ¿Uno con religión impuesta por el Estado tipo Arabia Saudita o un pueblo mapuche respetuoso de la diversidad que tanto defiende para sí? Dentro del propio pueblo mapuche hay también que respetar la diversidad. Así, en varias de sus columnas, Cayuqueo expresa una crítica constante a los discursos mapuches intolerantes y dogmáticos.

En segundo lugar, un pueblo con verdadero sentido de nación y que, por tanto, no es manipulable como una trinchera política más. Los mapuche como "escenografía", describe Cayuqueo, el rol que le tocó jugar al pueblo mapuche durante los gobiernos de la Concertación y en su histórica relación con la izquierda chilena.

Como bien describe el autor, la izquierda chilena sólo ha utilizado al pueblo mapuche ya sea como clientela electoral para las elecciones o como carne de cañón cuando se trataba de revoluciones.

De las líneas de Pedro Cayuqueo se desprende, por tanto, que el pueblo mapuche toma mayor conciencia de que sus reivindicaciones son un asunto de Estado, que compete a todos y que por tanto, no pueden quedar reducidas a ser simples trincheras en una lucha ideológica que muchas veces poco tiene que ver con sus sueños y anhelos.


Las demandas del pueblo mapuche han evolucionado y apuntan a un tema más de fondo: cómo debatir sin prejuicios y dentro de la institucionalidad democrática del país, un nuevo pacto social entre el Estado chileno y el pueblo mapuche.

En tercer lugar, una reivindicación mapuche que evoluciona. De las líneas de Pedro Cayuqueo se puede apreciar que actuales demandas del pueblo mapuche no se reducen solamente a más tierras. Hoy día, el pueblo mapuche levanta demandas que van más allá del asistencialismo e impulsa demandas de derechos políticos, que permitan cambiar la secuencia fatal de “mapuche-pobreza-asistencialismo” por “mapuche-derechos-participación”.

Las demandas del pueblo mapuche han evolucionado y apuntan a un tema más de fondo: cómo debatir sin prejuicios y dentro de la institucionalidad democrática del país, un nuevo pacto social entre el Estado chileno y el pueblo mapuche.

Y en cuarto lugar, un futuro inclusivo de lo no mapuche. No mirar el futuro del pueblo mapuche como algo necesariamente excluyente e incompatible con la sociedad chilena. Por el contrario, Cayuqueo ve también cómo algunas demandas del pueblo mapuche se pueden identificar plenamente con demandas similares del resto de la población chilena, como una mayor descentralización y el respeto al medio ambiente.

Es por lo anterior que considero que el libro “Sólo por ser indios” tiene el gran mérito de mostrar que es posible mirar el futuro del pueblo mapuche en convivencia y de la mano con el futuro del resto de la sociedad chilena, dejando de lado los prejuicios y desconfianzas que tanto han dañado la relación de nuestro país con sus pueblos originarios.



Por Gonzalo Arenas





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